Tuesday, April 29, 2008

FOTOS DE OTRO TRAIDOR


Igual que hemos subido a esta pagina su libro, como los de Salas, para que nadie mas lo compre y no gane mas dinero a nuestra costa, y también igual que os pusimos fotos de la verdadera cara de Antonio Salas http://antonio-salas.blogspot.com/2006/09/le-quitamos-la-mascara-antonio-salas.html de la de su amigo el policia David Madrid http://antonio-salas.blogspot.com/2006/07/identificamos-al-infiltrado-david.html o de otros amigos suyos como Juan Cantarero http://antonio-salas.blogspot.com/2007/01/juan-cantarero-otro-antonio-salas-de.html o Jose Mata http://antonio-salas.blogspot.com/2007/03/otro-traidor-amigo-de-antonio-salas.html todos ellos igual de traidores a sus camaradas de Valencia, os pasamos ahora gracias a los camaradas valencianos, mas fotos de este traidor que ahora esta profugo de la policia gracias a la ayuda que le presto Gabriel Lopez para que se fugase de la carcel http://antonio-salas.blogspot.com/2006/11/juanma-crespo-en-busca-y-captura-por.html


Quedaros con su careto


Wednesday, April 02, 2008

EPILOGO

Si tienes este libro en tus manos, significa que yo estaba equivocado.
Significa que, a pesar de los controles de los funcionarios y de los responsables de prisiones, he encontrado la manera de escribirlo dentro de prisión y que he podido sacarlo de estas paredes para hacérselo llegar a la editorial. Y significa también que tanto Antonio Salas como Temas de Hoy tienen más valor del que yo pensaba.
Sé que, posiblemente, se vertirán descalificaciones personales hacia mí. Los cobardes siempre aprovechan las desventajas del contrario para arremeter, pero no me importa... si lo referido pica a alguien, ¡que se rasque!
Con este escrito aspiro a dos cosas: mostrar la parte negativa de los movimientos radicales, sean del signo que sean, para que nadie perpetre los errores que yo consumé; y que el artículo 14 de la Constitución Española, en el cual se afirma que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, sea una realidad y no papel mojado. Quisiera, ante todo, que mis denuncias y vivencias no cayeran en saco roto.
Doy mi palabra de honor, ¡y lo tengo!, de que todos y cada uno de los sucesos descritos son tristemente reales.
Es cierto lo de la conspiración para asesinar a Albert Boadella cuando la representación del Teledeum; la implicación de sectores ultraderechistas españoles en el atentado a la estación de ferrocarriles de Bolonia; la sombría historia negra de José Luis Roberto; la oferta de traficar con cocaína realizada por Enrique Tomás Segarra, así como la implicación del grupo de la comisaría de Abastos en este asunto. También es verdad el pasotismo que mostraron determinados fiscales en investigar lo aquí expuesto y la tremenda persecución que, tanto mi familia como yo, hemos pasado y estamos soportando.
Quizá haya cometido algún error cronológico o de fechas en la exposición de ciertas situaciones vividas mientras militaba en las diversas organizaciones ultras. Pido al lector que entienda la falta de medios, así como la imposibilidad de recurrir a hemerotecas. Pero, salvando esos detalles, todo lo expuesto es rigurosamente verídico, como lo son las conversaciones con etarras, el comandante Cortina, Pilar Primo de Rivera, García Juliá, Ynestrillas, Eduardo Arias y José Luis Roberto, entre otros. Evidentemente, no son diálogos literales, pero garantizo que muy poco se va de lo contado por sus protagonistas y que todas las afirmaciones expuestas fueron realizadas en los mismos términos, salvaguardando fielmente el contenido original.
Continúo en la cárcel. Con la ley en la mano, hace mucho tiempo que debería estar en régimen abierto y disfrutando de permisos de salida, pero no es así. A mi condena inicial de tres años y diez meses por los inexistentes delitos narrados, se sumó un año por no poder satisfacer el importe de la multa impuesta en el mismo procedimiento y otro año por haber empleado ochocientas mil pesetas de las facturas de un cliente en abonar parte de los salarios que la empresa Ombuds adeudaba a los trabajadores. Ésa es la verdad y quien quiera comprobarlo cuenta con mi total apoyo. Ahora llevo tres años y medio preso. Aun con esta pena debería estar en la calle, pero <> impide por todos los medios mi salida. Sin embargo, no han podido impedir que mi voz se filtre entre los barrotes y llegue a todos a través de estas páginas.
Sé que algunas de mis afirmaciones son graves e incluso pueden sentirse ofendidos determinados colectivos, créanme que no es esa mi intención. He vivido muchísimos años inmerso en el mundo de la seguridad privada y conozco a multitud de policías, también a algunos jueces y fiscales. No dudo para nada de la importancia del trabajo que desempeñan, ni de la profesionalidad de la mayoría de los componentes de estos colectivos; pero en todas partes existen manzanas podridas que perjudican la imagen de los gremios a los que pertenecen y, por el bien de todos, merecen, por lo menos, ser apartados de sus puestos.
Por fortuna, la prisión no ha anulado mis sentimientos. Continúo emocionándome cuando observo por televisión los bellos paisajes naturales ibéricos o al contemplar un gorrión parado sobre el alféizar de mi enrejada ventana y, evidentemente, sigo lamentando intensamente cada vez que algún agente de la ley muere asesinado por los disparos de delincuentes o terroristas...
¡Y hablando de terroristas! Supongo que debe haber quedado claro la vida tan intensa que he llevado. Igualmente, con seguridad algún lector pensará que justifico, aunque sea levemente, a determinados grupos o comportamientos fanáticos. Se equivocan. Soy español, patriota y falangista, y precisamente por eso ya jamás volveré a entender que se utilice la violencia contra NINGÚN ser humano. La muerte de una sola persona debería ser considerada penalmente un crimen contra la humanidad. Simplemente, me he limitado a exponer, lo más imparcialmente posible, aspectos y conversaciones que he creído interesantes.
Al finalizar la redacción de estas páginas solicité a una docena de compañeros su opinión personal y elegí a aquellos con afición a la lectura. El elenco de mi <> lo formaban: dos etarras, un grapo, un militante del grupo nazi Armagedón y el resto, gente más normalita, socialistas y peperos a partes iguales. ¡Vamos, nada que ver con una representación tipo! Esto dio lugar a alguna situación curiosa, como por ejemplo un miembro de ETA que se mosqueó por la imagen que transmito sobre Idoia López Riaño y afirmó que, para él y otros muchos compañeros, se trataba de una chica muy simpática, abierta y excelente luchadora. También me dijo que especificara que el sobrenombre de la Tigresa no les gusta en absoluto a los miembros de la organización terrorista vasca, porque se trata de un seudónimo puesto por la policía española para identificarla.
Otra curiosidad vino de Joaquín, un histórico militante de los GRAPO. Al leer el capítulo en donde hago referencia a mi afiliación a Fuerza Nueva y a las conmemoraciones del 20-N, indicó:
-Oye, Juan... ¿Recuerdas un 20-N, allá a principios de los ochenta, en que el Ayuntamiento de Madrid colocó unas enormes vallas publicitarias en la plaza de Oriente a favor de la Constitución Española?
Hice memoria y recordé ese detalle.
-¡Anda, pues es cierto! Recuerdo que tiramos las vallas y se montó una buena con la policía...
-¡Cierto, lo tomasteis como una provocación y después de derribarlas os liasteis a palos con los antidisturbios!
-Es verdad... es verdad, ¿cómo lo sabes? ¿Estabas ahí, Joaquín?
-¡Hostias... claro! Si no llega a ser por las cargas policiales, os hubiéramos <> un <> de los que hacen historia...
-¡No me jodas! ¿Y eso?
-Unas semanas antes, un comando de los GRAPO acudimos para estudiar el terreno. Al contemplar los andamios que sujetaban los carteles, encontramos un sitio perfecto para colocar los veinte kilos de Goma-2 que teníamos dispuestos. Durante la semana lo preparamos todo; únicamente quedaba instalar el explosivo. Decidimos hacerlo el mismo día de la concentración para evitar que la policía lo detectase. Cuando llegó el momento, un compañero ataviado con la camisa azul fascista se preparó para ponerlo... ¡Y entonces es cuando se lió el follón, cargó la policía y se jodió el invento! ¡Hala, <>, a freír espárragos!
El destino es caprichoso. Aquel GRAPO podía haber sido mi asesino si aquella bomba antifascista hubiese llegado a funcionar, y ahora era mi compañero en prisión. No diré que el terrorista no mereciese estar entre rejas, ni yo tampoco. Pero quizá si hubiésemos sabido que el destino nos reservaba este guiño, el de terminar compartiendo coincidencias en la misma celda, el odio que nos profesábamos en aquellos tiempos, literalmente mortal, no habría existido.
Quién sabe, quizá a los lectores más jóvenes, pertenecientes al extremo izquierdo o derecho de la violencia, estas líneas les resulten útiles. Me hubiese gustado que mi padre también las hubiera leído. Pero la muerte se lo llevó antes de tiempo. Ojalá a otros padres les ayude a comprender mejor a sus hijos y a evitar que lleguen a redactar sus recuerdos desde la celda de una prisión, cuando ya es demasiado tarde para no cometer los mismos errores.